Lugares de otro tiempo. A propósito del mapa de Cabo de Gata de Felipe Crame (1735)



 









El personaje

Felipe Crame (o Cramer) nació en Alemania, en torno a 1705, y murió en 1772. Dedicó su vida a la carrera en la ingeniería militar y destacó por sus habilidades como cartógrafo. En la relación de ingenieros militares del XVIII, estudiada por Horacio Capel y también por Gil Albarracín, figuran 5 ingenieros Crame. Uno de estos ingenieros, Pablo Crame, era hermano de nuestro personaje de hoy. No hay constancia documental que afirme o desmienta la vinculación familiar con los otros tres, aunque José Crame aparece también vinculado con trabajos de defensa de la costa del Reino de Granada, donde redactó el Plan General de Obras para el desarrollo del Reglamento de Defensa de la Costa... (1764)

Siguiendo las notas biográficas de Juan Carrillo de Albornoz y Galbeño para la Real Academia de la Historia, Felipe Crame ingresó en el ejército sobre 1723, siendo nombrado ingeniero extraordinario en promoción en 1726. Los principales hitos de su carrera profesional:

  • 1729. Levanta plano de una porción del Peñón de Vélez de la Gomera

  • 1732. Destinado en Sevilla, redacta un proyecto para un cuartel de Caballería en Baza.

  • 1733. Destinado en Almería, levanta un plano del lugar de las Eras, en Baza, donde se situaría el cuartel de Caballería redactado el año anterior.

  • 1733. Tras la recuperación de Orán, y en previsión de una escalada militar en la zona, el conde de Montemar encarga a Felipe Crame proyectar y dirigir un plan de defensa de la costa de Cabo de Gata. Dicho plan contemplaba la construcción de nueve fortificaciones, que quedaron reducidas a seis en la revisión del plan de defensa de 1735. Finalmente, tan solo se construyeron el Fuerte Nuevo (más tarde denominado de San José) y la batería de San Francisco de Paula, en el morrón del Corralete. Quedaron sin ejecutar el fuerte de Escullos, la ampliación del de San Pedro y el de Agua Amarga. Los dos primeros se construirían dentro del Reglamento....(1764), mientras que el de Agua Amarga no llegó a construirse.


Plano y Perfiles de la Peña de Galvez en el Cabo de Gata, que se construio para la defensa del Puerto de Genovezes de el de Sollarete y de Cala Figuera año de 1735 [Material cartográfico] by Crame, Felipe - 1735 - Collective Catalog of the Library Network of the State Archives, Spain - Public Domain.

  • 1735. Revisión del plan de defensa. Como ilustración de ese plan, Felipe Crame levanta el “Mapa de la porción de Costa que comprehende el Cabo de Gata, situado cinco leguas a la parte de Levante de la Plaza de Almería del Reyno de Granada...”, que es el objeto de este post.

  • 1740. Levanta un plano de la Plaza de Almería y sus instalaciones defensivas


Plano de la Plaza y Castillo de Almería en que se demuestran las tres Baterías y camino cubierto que se propone para la Defenza y cubrir el Frente de su Marina [Material cartográfico] by Crame, Felipe - 1740 - Collective Catalog of the Library Network of the State Archives, Spain - Public Domain.

  • 1741. Con el rango de teniente coronel e ingeniero jefe, levanta un plano general de Reyno de Navarra.

  • 1741. Redacta las “Condiciones para la construcción de la batería del fuerte en el paraje de los Escullos”, que se incluyen como anexo al final de esta publicación. Está fechado en Málaga, el 2 de agosto.

  • 1750. Eleva a sus superiores una memoria en la que expone un trato injusto hacia los ingenieros militares en cuanto a retribuciones y posibilidades de ascenso, respecto a otros cuerpos del ejército.

  • 1752. Levanta un plano de un tramo de la cuenca del Ebro, entre Alcanadre y Alfaro, proyectando una acequia para regadío. También un plano de la cárcel de Guerra de Pamplona.

  • 1754. Proyecta la remodelación de la contraguardia de tierra del bastión de San Felipe, en San Sebastián, que culmina en 1755.

  • 1755. Levanta un “Plano y Perfiles del Castillo de Santelmo del Higuer en la Plaza de Fuenterrabía”.


Plano y Perfiles del Castillo de Santelmo del Higuer... en que se demuestra el nuevo Almacén y Cuerpo de Guardia que se construien para depósito de la Pólvora... [Material cartográfico] by Crame, Felipe - 1755 - Collective Catalog of the Library Network of the State Archives, Spain - Public Domain.

  • 1756. Redacta el proyecto de la Casa Consistorial de Irún.


  • 1761. Se encuentra en Madrid, iniciando un proyecto de carreteras radiales desde Madrid hacia diferentes puntos de la península (Cádiz y Galicia).

  • 1762. Levanta un plano de la Plaza de Gibraltar, donde pone de manifiesto las acciones de las autoridades británicas para su defensa.

https://dbe.rah.es/biografias/felipe-cramer

El mapa

Tuve las primeras noticias de la existencia de este mapa por la publicación de la Consejería de Medio Ambiente de una impresión conmemorativa del XV aniversario del Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar. Es un originalísimo gráfico, por su concepto, forma de expresión e información contenida. Lamentablemente, la edición conmemorativa de 2002, de gran belleza e impacto plástico, no permite una “lectura” adecuada de su información toponímica. Fue a partir de la publicación digital del mapa en la Biblioteca Virtual de Defensa del Centro Geográfico del Ejército cuando fue posible una lectura sosegada de sus interesantes contenidos, lo que ha permitido la publicación de este post.

https://bibliotecavirtual.defensa.gob.es/BVMDefensa/es/consulta/registro.do?control=BMDB20200297956

El “mapa” (en realidad un montaje de dos visiones, oblicua y cenital de Cabo de Gata) está fechado en Almería en abril de 1735.

El concepto gráfico es muy interesante. La parte superior de la edición contiene una representación rotulada como “DISSEÑO DEL CABO DE GATA A VISTA DE PAJARO”, una axonométrica oblicua , en la que el “pájaro” vuela sobre el mar, a una altura aproximada de 400 m, ofreciendo una insólita visión de la zona, especialmente meritoria si tenemos en cuenta la imposibilidad de volar para documentar esa imagen. Esta parte superior está cifrada (sobre la imagen se ponen una serie de cifras que remiten a la leyenda, bajo esa representación) con 77 indicaciones. La parte inferior contiene una imagen cenital, con un planteamiento más cartográfico, aunque sin renunciar a una decoración muy expresiva, tanto del relieve como de otros elementos geográficos de interés. Incluye referencias topográficas y toponimias, así como algunos comentarios que expresan la intención de su elaboración, como veremos más adelante.

La escala aproximada de la parte cenital del mapa es de 1:37.000. La escala se representa en una barra de 3000 tuesas, de las que 2.500 corresponden con una legua común (5.555 m), que equivalen a tres millas italianas. La escala la hemos calculado a partir de la extensión del mapa (84 cm en el eje x) y de que ese mapa se extiende por 8 millas comunes (44,4 km).

La leyenda del mapa indica que “los guarismos señalados en el Mar denotan las brassas (brazas) de agua que hay en cada paraxe (paraje), y cada una de dichas brassas se compone de cinco pies”. Los fondos marinos se identifican con una serie de letras; “a”: arena; “g”: granucal (grava); “l”: lijo (posidonia); “p”: piedra o peñas.

El mapa cenital aparece dividido por una línea de puntos, que separa la “porción del Mapa que se ha levantado geométricamente de la que solo se ha levantado a vista, bien que en esta los principales puntos están también tomados geométricamente, haviendose aplicado el maior cuidado en el contorno de la costa”.

Consideraciones generales

La zona de Cabo de Gata ha sido profusamente documentada en la cartografía histórica desde el siglo XV, en especial su sector litoral, lo que pone de manifiesto el interés para la navegación de esta producción cartográfica. Este mapa de 1735 puede considerarse un momento de transición entre la motivación náutica y otra más general, de documentación del territorio, que alcanza su máxima expresión ilustrada con la cartografía de Tomás López, “Geógrafo de los dominios de su Majestad”.

Felipe Crame deja aquí clara su habilidad para la cartografía, que le facilitaría diferentes encargos, a los que hemos hecho referencia en la introducción de este post.

La motivación del mapa de Crame está clara: se elabora en el contexto del encargo para redactar un plan de defensa de la costa del Cabo de Gata, por lo que el mapa sirve de documentación de sus propuestas de ubicación de los diferentes fuertes. De hecho, las propuestas corresponden con la revisión de ese plan, que reduce a seis los emplazamientos defensivos (el cabo de Gata, Fuerte Nuevo del Sollarete, Fuerte de Escullos, Castillo de Rodalquilar (Torre de los Alumbres), ampliación de San Pedro y Fuerte de Agua Amarga). Además de indicar la ubicación de las tres nuevas fortificaciones, hace unas curiosas indicaciones acerca de la puesta en cultivo de distintos predios entre el Pozo de los Frailes y los Genoveses, que atribuye al comienzo de la construcción del Fuerte Nuevo del Sollarete.

Sea cual sea la motivación del ingeniero y cartógrafo, lo cierto es que nos ofrece una mirada sobre Cabo de Gata en 1735, de gran interés por distintos aspectos que se glosarán a continuación, relacionados, especialmente, con la toponimia.

Contenidos

El mapa contiene un total de 144 topónimos y rótulos. 133 de ellos aparecen en la parte inferior del mapa, la imagen cenital. 61 son topónimos costeros y 72 topónimos y rótulos en tierra. De las 77 cifras de la imagen oblicua, 66 aparecen también en la cenital, mientras que contiene 11 topónimos o rótulos que se suman a los 133 del mapa cenital.

Por tipo de topónimo, tenemos 62 topónimos costeros (43% del total), 22 topónimos del relieve (16%), 14 topónimos de paraje (10%), 13 topónimos de defensa (9,4%), 10 hidrotopónicos (6,5%) 9 de red hidrográfica (6%), 9 más de actividades económicas (6%), 3 se refieren a infraestructuras viarias (2%) y 2 a edificaciones singulares (1,3%).

En relación con la vigencia de este aparato toponímico, nos encontramos con que 62 de esos topónimos son vigentes en la actualidad (el 42%), 27 son evoluciones fonéticas (18%), mientras que 56 (40%) son topónimos desaparecidos en la actualidad. Después de casi tres siglos, que el 60% de los topónimos se mantengan podría considerarse insólito, si no fuera porque este territorio ha estado muy poco poblado, como el mismo mapa expresa con claridad.

La relación entre el topónimo original, la realidad de 1735 y la realidad actual es siempre compleja. Cometeríamos un tremendo error si consideramos que topónimos de 1735 como Pozo de los Frailes, La Isleta o Agua Amarga indican la existencia de esas poblaciones en el primer tercio del XVIII. Esos topónimos se refieren a hechos geográficos (puntos de agua o accidentes singulares) que luego denominaron los asentamientos que se ubicaron junto a ellos. Con la posible excepción de San Pedro, podemos considerar todo el espacio cartografiado en el mapa como un espacio anecuménico, es decir, sin presencia humana, o, para decirlo con mayor precisión, un espacio en que estaba empezando a darse una minúscula presencia humana, estimulada por las perspectivas de seguridad que el dispositivo defensivo a cuya divulgación responde el mapa que analizamos podría aportar.

En las tablas se relacionan los 144 topónimos o rótulos, distinguiendo los vigentes, los evolucionados (se indica el rotulado en el mapa y el actual) y los desaparecidos, indicándose en estos últimos los nuevos nombres que han sustituido, en su caso, a los que aparecen en el mapa.






Glosario

Hay una primera cuestión sobre la que merece la pena detenerse. En ambos extremos del mapa, aparecen sendos rótulos con el siguiente texto: “El Ancón, donde termina el Cabo de Gata”, en la zona de La Fabriquilla y “Cala del Falcón, donde termina el Cabo de Gata”, junto al peñón del sector meridional de la playa de Los Muertos. Esta percepción de lo que es y cuáles son los límites de Cabo de Gata es coherente con otros testimonios anteriores, como la relación de la visita de Antonio de Berrio y Luis Machuca, de 1571, donde expresa, a propósito de los Alumbres de Rodalquilar: “Los Alunbres de Don Francisco de Bargas están a un tiro de arcabuz desbiados de la mar y casi en medio destas Calas y Puertos que llaman el Cavo de Gata...”. Pocos años después de la entrega del mapa, el informe del marqués de Valdecañas de 1739, se refiere al Fuerte Nuevo del Sollarete como el “Castillo nuevo de San Joseph de Cavo de Gata”, indicando respecto a la Punta de la Mesa de Roldán “Dista un cuarto de legua de la antecedente Playa y en su distrito hay dos Calas; en este puesto se concluye el Cabo de Gata, el que coge seis leguas y media de Poniente a Levante”. En otras entradas de este blog (Los cabezos del Cabo. Significados del nombre Cabo de Gata. Noviembre 2017) se ha expresado la condición problemática del nombre “Cabo de Gata”, que arrastramos especialmente en el entorno de la ciudad de Almería, cuyos habitantes e instituciones parecen obstinarse en llamar Cabo de Gata a San Miguel, creando un problema irresoluble. Por fortuna es un problema solo a nivel muy local, de la ciudad de Almería. El resto del mundo tiene claro lo que es Cabo de Gata y ese “ser” se reconcilia con lo que la historia nos indica, como queda claro en la documentación que nos ocupa hoy.

Una segunda cuestión: en el mapa cenital aparecen cuatro rótulos en el telón de fondo del Campillo de los Genoveses, con el texto “pinachos”. Más explícito, en la imagen oblicua superior, se indica, en la cuerda de esta parte de la sierra, “pinos carrascos”. Esta es una cuestión de gran relevancia, y que aporta un dato más a un ya clásico debate sobre la vegetación climax en Cabo de Gata. Aunque la cobertura arbórea sería puntual y de baja densidad, es evidente que existió en mayor extensión que en la actualidad. Así se puede interpretar en la destrucción del bosquete de algarrobos, acebuches y pinos que desaparecieron en el siglo XVI en el valle de Rodalquilar, para la calcinación de la piedra de alumbre y la alimentación de las calderas de evaporación de la fábrica de los Alumbres de Rodalquilar. También puede sugerirse la existencia de un pinar de densidad media en torno a la cumbre y umbrías de la parte meridional de la sierra, justo la parte denominada “Coto del Pinar”, donde la explotación de galena argentífera y las fundiciones del s. XIX (Santa Bárbara, Los Alemanes Nuevos, El Rincón de Martos y la Boca de Belda) producirían una drástica reducción de la extensión de ese pinar.

Desde hace unos años, ha aparecido un rótulo señalizador, de la Consejería de Medio Ambiente, denominando “Cala de los Toros” a la Cala del Barranco del Negro. Cuando tuve la fortuna de conocer y enraizarme en estos parajes, la Cala del Barranco del Negro, o, simplemente, Barranco del Negro fue el nombre con el que gentes del lugar (pescadores de caña, para más señas) me indicaron que se llamaba. Tras ver el rótulo con la taurina denominación, indagué entre gentes de Rodalquilar y La Isleta para conocer el origen y sentido de ese término. En vano. Nadie supo decirme nada, salvo vagas referencias a que al cerro situado al sur de la cala “a veces” se le llamaba “del Toril”. Sí hubo mucha coincidencia entre mis informantes en el nombre de Barranco del Negro, alternando con otra denominación más informal, que se usaba indistintamente: “Cala de los Pinos”, por razones obvias. En mis indagaciones sobre cartografía histórica, he encontrado sistemáticamente la denominación “Cala del Barranco del Negro” en todos ellos, por lo que la reivindicación de una correcta rotulación del enclave es un empeño de recuperación de la memoria toponímica, un intento desesperado de recuperar un patrimonio inmaterial en claro peligro. Causa desolación que los actores de estas agresiones patrimoniales sean instituciones públicas. El mapa de Crame señala la denominación “Barranco del Negro” en los topónimos que se rotulan sobre el mar, haciendo clara alusión a la cala.

Un caso similar, aunque sin responsabilidad pública en la acción es la rotulación que indica “La Polacra” en la pista pavimentada que asciende al cerro de los Lobos, sobre cuya torre, la torre de los Lobos, se ha instalado una señal marítima, un faro, que, como todos los faros, se denomina con el nombre del accidente geográfico que baliza. En este caso, la denominación es “faro de la punta de la Polacra”, un pequeño peñón, desgajado del cerro, que no se encuentra en su cumbre, sino en su pie. Al señalizar “la Polacra” en el encaminamiento hacia el cerro, el fenómeno producido en una zona visitada por gran cantidad de personas que desconocen todos los antecedentes de nombre del lugar, es la adopción masiva de la denominación, de manera que no es dificil oir conversaciones aludiendo a que han “subido a la Polacra”, para referirse que han subido a la Torre de los Lobos. De una forma especialmente dolorosa, los lugareños están empezando a adoptar también la denominación. El rótulo que origina el problema no está colocado por ninguna administración pública, sino por las empresas que trabajaron en la instalación del faro, para facilitar el encaminamiento de los distintos suministros. Pero la responsabilidad de mantenerlo, con los riesgos aquí apuntados, sí que es pública. Una intervención de coste menor sería sustituir el rótulo por otro, de fondo magenta, por el valor patrimonial de la torre, con el texto en dos líneas: Torre de los Lobos (s. XVIII) // Faro de la Punta de la Polacra. El mapa de Crame denomina este accidente geográfico como “Polacrón”.

En el valle de Rodalquilar, aparecen en el mapa de Crame dos rótulos o topónimos que merecen un comentario. En primer lugar, las Minas de Alumbre. En el mapa aparece el rótulo al pie del cerro de la Molata, uno de los lugares donde se concentraban los toyos o pedreras (canteras de donde se extraía la piedra de alumbre, que servía de base para la producción industrial del alumbre). Conocemos bien las circunstancias de la minería de alumbre en Rodalquilar en el siglo XVI por los trabajos de investigación de Francisco Hernández Ortiz, en el último de los cuales (Los alumbres de Rodalquilar. Un yacimiento excepcional) tuve el gusto de colaborar. En la última década del XVI, la alumbrera de Rodalquilar cerró, como las de Mazarrón y Cartagena, cierre precipitado por algunas disposiciones fiscales de la Corona que gravaban la fabricación de alumbre. Hemos de considerar que desde ese momento (c.1590) hasta el momento de elaboración del mapa (1735) han pasado 145 años, lo que hace difícil comprender cómo se preservó la memoria de esa actividad minera hasta el punto de aparecer en el mapa de Crame. ¿Hubo una continuidad en la explotación, siquiera en clave local, de la que no tenemos constancia documental? ¿Quiénes fueron los informantes de la toponimia reflejada en el mapa? ¿Deberíamos revisar la hipótesis de mundo vacío para Cabo de Gata en el siglo XVII?. Preguntas para alimentar futuras investigaciones. El segundo rótulo, muy próximo al anterior, es el que reza “Hermita de San Sebastián arruinada”. Al contrario que en relación al asunto alumbrero, sabemos muy poco de la Ermita que aún hoy denomina a una cortijada junto a la pista que se dirige al Playazo, y que mantiene la memoria de su ubicación. De nuevo este rótulo nos hace plantearnos cómo fué la vida del valle de Rodalquilar desde la etapa alumbrera hasta la elaboración del mapa de Crame. Si la ermita estaba arruinada en 1735, no es descabellado pensar que su construcción se produjo tiempo atrás. Por otra parte, en la documentación del periodo alumbrero no aparece referencia alguna a ninguna ermita. De hecho, el culto de la población del poblado de los Alumbres se producía en una capilla instalada dentro de la Torre de los Alumbres. ¿Puede, entonces, deducirse que la ermita se construye en el siglo XVII? ¿Esta ermita se relaciona con alguna población estable en el valle, lo que perturba las hipótesis sobre la falta de poblamiento costero en el seiscientos? ¿Guardaría relación la ermita con la Estancia de Rodalquilar, destino de invernada de ganado de la mesta del Reino de Granada?. De nuevo, preguntas para futuras investigaciones.

En nuestro mapa, se incluyen diez referencias a hidrotopónimos (pozo de Monso, Pozo de Genoveses, Pozo Nuevo, Pozo del Sollarete, Fuente de Cala Higuera es peremne, Pozo de los Frayles, Pozo de Escullos, Fuente del Carrizalejo es peremne, Fuente de las Negras, Pozos de Agua amarga). Su disposición es, a ragos generales, coherente con las rutas de transhumancia y los invernaderos (Estancias) donde el ganado de las sierras del Reino de Granada pastaban en invierno. Por lo que, salvo nuevos aportes documentales, se puede mantener la hipótesis de una presencia humana estacional, relacionada con la transhumancia durante los siglos XVI y XVII, ciclo cuyo final parece anunciarse en el mapa de Crame, tal como se comenta en el siguiente punto de este glosario.

En el mapa se indican las zonas de cultivo, con un grafismo tramado característico. Estas zonas son Campillo de Genovezes, acompañado del rótulo “tierras de labor nuevamente abiertas”, zona del Sollarete (actual San José), zona del Pozo de los Frailes, con el rótulo “Tierras de labor cuya mayor parte se han abierto desde que se construie el Fuerte Nuevo”, Campillo de Rodalquilar, La Ortichuela, huertas en Las Negras y Ricardillo, valle de San Pedro y huertas de Agua Amarga y la Joya. Además de las referencias explícitas sobre la novedad de la roturación (cuando dice “nuevamente abiertas”, no se refiere a que se hayan abierto de nuevo, como entenderíamos hoy, sino a que están abiertas como novedad). Toda esta información, gráfica y textual, señala un momento de cambio de modelo productivo en Cabo de Gata, y también el inicio de un proceso de poblamiento estable. Es la transición de la ganadería transhumante a la agricultura. Uno de los muchos momentos históricos en los que Cabo de Gata “cambia de piel”. Resulta especialmente interesante la referencia que vincula la roturación de terrenos con la construcción del Fuerte Nuevo (el castillo de San José). Está claro que, además de buscar argumentos que justificaran las propuestas del plan de defensa de la costa de Cabo de Gata que Felipe Crame estaba preparando, hay una conexión directa entre el poblamiento de la zona y las expectativas de mayor seguridad, proporcionadas por el aparato defensivo. El resguardo de los “labradores” se expone como argumento a favor del fortalecimiento del sistema defensivo de la costa de Cabo de Gata en numerosas memorias, informes y documentos a lo largo del XVIII. Hay una última rotulación en el mapa en relación con los cultivos. Junto al rótulo de El Hornillo, paraje del Cabo de Gata interior, figura “Viñas nuevamente plantadas por el convento de Sto. Domingo de Almería”. Esta indicación supone la primera referencia a aprovechamientos dominicos en el paraje, anteriores a la famosa referencia del Catastro de Ensenada (1749), en el que se indica la existencia de una plantación de olivos y una pequeña construcción. Este es el embrión de lo que acabaría siendo el Cortijo del Fraile, una vez desamortizadas las tierras y fincas de monte a lo largo del XIX, dando lugar a una gran finca burguesa, responsable de las edificaciones que hoy identificamos con esa denominación.


Este breve análisis de una pieza cartográfica singular nos permite apreciar el interés de la cartografía histórica como fuente de información para investigaciones de historia territorial. Además de su belleza y del interés de su lenguaje gráfico, estos documentos, hoy felizmente accesibles por la digitalización de los fondos por parte de los responsables de su custodia, nos ofrecen pistas valiosas para una reconstrucción de su devenir a lo largo del tiempo, y, en definitiva, para conocernos algo mejor, en nuestra habitación del territorio.

ANEXO. DOCUMENTO REDACTADO POR FELIPE CRAME, DESTINADO EN MÁLAGA, DANDO INDICACIONES PARA LA CONSTRUCCIÓN DE LA BATERÍA (“FUERTE”) DE ESCULLOS, fechado el 2 de Agosto de 1741

CONDICIONES PARA LA CONSTRUCCIÓN DE LA BATERÍA (Felipe Crame, Málaga, 2 de Agosto de 1.741).
Fuerte en el paraje de los Escullos, sobre la Peña del Arquillo, junto al pozo.
1º. … formar un pequeño atrincheramiento o reducto de campaña… para contener dos piezas de artillería y la fusilería correspondiente para la defensa de la obra, abrigo y refugio de los operarios y custodiar las herramientas bajo de llave, haciendo en él cuatro viviendas… para la habitación de los ingenieros empleados y trabajadores… cubriendo las viviendas con azotea sobre madera, cañas y tierra, dejando en los parajes convenientes algunas aspilleras para el uso de la fusilería.
2º. … el ingeniero señalará el terreno que ha de ocupar el fuerte trazando su figura y alineamiento con piquetes, en los que se señalará la altura del desmonte que se hubiere de hacer en la peña para el plan del castillo…
3º. … se ejecutará el desmonte… con barrenos y pólvora o con roza… y la piedra que de él resultare de buena calidad para la obra, la apartará en sitio que no embarace la continuación de ella y la inútil la podrá separadamente en el paraje que señalare el ingeniero en la comprensión de cincuenta toesas, contadas desde el centro del fuerte. (Nota: Antigua medida de longitud equivalente a 1,946 metros).
7º. … al mismo tiempo que se practicare la excavación del foso, ejecutará con pico y escoda la de los cimientos, aprofundándolos un pie más abajo que el plan de la plaza de armas de dicho castillo, y juntamente practicará la excavación de la cisterna y las tajedas… para el desagüe del fuerte y de los lugares comunes.
8º. Toda la piedra que se hubiere de emplear en la obra ha de estar arrancada y expuesta al sol y al aire a lo menos durante seis meses antes de ponerla en obra para que se enjugue bien y se conozca la que tuviere mucho salitre y que no fuere de calidad subsistente.
9º. Las mezclas se harán con cal fabricada con piedra de el cerro del Garbanzal, de la mejor calidad que fuere posible, la que se apagará en balsas con agua del mismo pozo de los Escullos o de otro que se abrirá en sus cercanías si el ingeniero lo tuviere por conveniente. La mezcla se terciará con partes iguales o dos de cal y tres de arena de la mejor calidad que se encontrare en la comprehensión de media legua de los contornos del fuerte, se batirá tres veces a satisfacción del ingeniero…
12º Todas las piedras de la obra se sentarán y ripiarán a golpe de martillo con baños de mezcla… poniendo alternativamente las unas de soga y las otras de tizón.
13º. Las bóvedas se ejecutarán … de ladrillos mahones puestos en aspa, de modo que hagan buena trabazón, sobre lechos de mezcla fina con perfecto arreglo al cintrel … haciéndolos de diez pulgadas de largo, cinco de ancho y dos y medio de grueso, bienn recocidos y sin calichez…
15º. Todas las jambas, umbrales y sardineles de las puertas, ventanas y aspilleras se harán de piedra de cantería labrada en fino… como así mismo todos los ángulos salientes, escaleras, cordón, canales, campanario, remates de parapetos y explanadas de la batería…
18º. Los suelos de los cuarteles y viviendas se ejecutarán de ladrillos sencillos de buena calidad, sentados con buena mezcla a pequeñas juntas y enlucidas éstas con bruñidor y polvo de ladrillo.
20º. El suelo y paredes de la cisterna se ejecutarán de buen hormigón bien batido por tongas con tizón llano y de punta y se enlucirán después sus superficies con mezcla fina bien bruñida con bruñidor durante ocho o diez días a satisfacción del ingeniero, y se hará su brocal de piedra de cantería, cubierto con una rosca de ladrillo.
21º. Toda la madera que se ha de emplear en dicho fuerte así en las azoteas como en el puente estable y en el levadizo, puerta principal y las demás de los cuarteles y viviendas y sus ventanas y otras cualesquiera madera, vigas, soleras, cuartones, latas, tablas y bancos y generalmente todo todo lo que se tuviere por conveniente en las obras de dicho fuerte deberán ser de pino de la mejor calidad y cortados en buena sazón en los montes de Baza o de Gor … pinos de dos tercios, sanos y sin malos nudos…
22º. … emplear todo el fierro blanco y negro que se necesitase en dicho fuerte, como son barras, grapas, cadenas, pernos, goznes para la puerta principal con una cerraja y cerrojo grande y medias para las demás puertas, con los cerrojos, aldabas, nudos de goznes, pasamanos y clavos correspondientes, como asimismo para las ventanas; el todo de buena calidad, suave, fraguado con el primor correspondiente, sin pajas, quemaduras, ni malas soldaduras y lo mismo se deberá entender por lo tocante a cerrajas, chapas, llaves y cerrojos, limando y acabando cada cosa como conviene y a satisfacción del ingeniero.
23º. El asentista deberá proveer de su cuenta todo el plomo que se necesitare para pegar grapas, pernos, chumaceras, escuadras, tejuelos y otro cualquier fierro que se hubiese de emplear y pegar con plomo…
24º. Si necesitase de algún bronce para los tejuelos y chumaceras del puente levadizo o de sus carruchas o poleas y de la puerta principal u otra, será de su obligación proveerlo y emplearlo como también la campana de la vela.








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