lunes, 30 de agosto de 2010

Vientos


Siempre he sospechado que el viento del que hablamos no existe. Conozco los mecanismos atmosféricos, meteorológicos, por los que el aire se mueve de unos lugares a otros. No me refiero a eso. Me refiero a que cuando alguien dice “levante” no está invocando los mecanismos de la física de los gases, sino un conjunto de sensaciones que esa procedencia del aire provoca en un lugar determinado, y a como las siente la persona que lo pronuncia. En último término, está hablando de sí mismo/a. Por eso es tan curioso observar como un habitante de la ciudad de Almería se resiste a llamar “levante” a este viento fresquito y húmedo de la costa de Níjar, mientras que en la ciudad de Almería es sumamente cálido y seco. Esta evidencia, y mi descubrimiento –tardío, como siempre- del origen de los nombres de los vientos mediterráneos intermedios (lebeche, siroco, grecal, mistral), me inspiraron este texto del calendario 2007, extractados a su vez de un inconcluso “Manual de navegación en tierra firme”.

Notas de cata de vientos tal como se presentan en la costa de Níjar (desde el norte, y en el sentido de las agujas del reloj)

Norte

Fresco y vivificante, exige protección dérmica. Aromas de esparto y retama

Grecal

Agradable en todas las estaciones, moderado, tibio, espumoso y volátil. Aromas de yodo, marisco fresco y crema de protección solar.

Levante

Profundo, intenso, húmedo y lúbrico. En boca, balsámico, carnal y con mucho cuerpo. Aromas de brea, sal, ajedrea, mirto, tomillo y romero.

Siroco

Contundente, extremo, colorista y desecante. En boca, arcilla y arena. Aromas de adelfa, taray y dátil seco. Con buena protección indumentaria, recomendable captar fotografías con una luz inusual.

Sur

Conciliador, franco, amplio y generoso. Estimula la memoria y la noción de “ser aquí”. Aromas telúricos en primer plano, con fondos de humedales encajados. Frutas de secano.

Lebeche

Equilibrado, estructurado, apolíneo y canónico. Viento redondo, en boca se presenta volátil y vaporoso. Aromas de sal y pescado potenciado por hierbas aromáticas.

Poniente

Poderoso, persistente, crepuscular, escatológico. En boca, seco y astringente. Torbellino de aromas que se resisten a la catalogación.

Mistral

Seco en la garganta, aromas de frutos extratempranos. Largo de gusto, excelente para acompañar tardes y veladas domésticas.

lunes, 16 de agosto de 2010

Aljibes del Campo de Níjar

El Campo de Níjar, extremo sureste del sureste árido, sotavento mediterráneo, confín ultramontano, Almería extrema, quintaesenciada, ha visto como sus hijos han tenido que enfrentarse a lo largo de la historia a la escasez de agua. En ese enfrentamiento se ha generado una auténtica cultura territorial, la genuina cultura del agua en zonas áridas. En los distintos periodos, y dependiendo de las capacidades del grupo humano instalado en el territorio, se han desplegado distintas soluciones para resolver los tres problemas clásicos de la hidráulica tradicional (captación, transporte y almacenamiento). Pozos, norias, molinas, balsas, acequias, canales, minas, zimbras, qanats, cortas, boqueras, balates, cocones, azudes, presillas, partidores, paratas, han sembrado el paisaje rural de ingenios humanos, expresión de la estrategia de supervivencia en toda la provincia de Almería. Pero el símbolo más representativo de la cultura del agua en Níjar es el aljibe. El aljibe es la solución extrema. Se alimenta de la escorrentía superficial del agua de lluvia. Aunque identificamos el aljibe con la construcción más visible, que forma la cubierta de su vaso, deberíamos considerar al aljibe como el conjunto de soluciones integradas que resuelven la captación (preparación de la cuenca de recepción), el transporte (canalización hacia el decantador) y el almacenamiento (en el vaso cubierto para evitar la evaporación). Es esa integración de funciones la que convierte al aljibe en un sistema hídrico. La radicalidad climática del Campo de Níjar ha producido una gran proliferación de aljibes. Hay en el Campo de Níjar multitud de aljibes domiciliarios, integrados en las viviendas y de difícil análisis y localización. Los aljibes exentos responden a dos tipos constructivos: los de bóveda de medio cañón, de planta rectangular y alargada, y los de cúpula o tanques, como los que aparecen en las fotografías de arriba. Su fuerza escultórica, simbólica y ritual convierte a estas construcciones rurales en un auténtico icono de la identidad nijareña.

(del calendario 2011 de elJoraique)